sábado, 22 de junio de 2013

¿El estado del bienestar o el bienestar del estado?

Ayer, en 'Hablemos de talento', el blog que diariamente escribe Juan Carlos Cubeiro, leí el post titulado '¿Es esto una reforma de la Administración?', que comienza con esta frase del economista Daniel Lacalle: 'Se está destruyendo el estado del bienestar para mantener el bienestar del Estado'

Mientras asistimos resignados a un deterioro continuado de los servicios que recibimos los ciudadanos en cuestiones tan sensibles como la sanidad y la educación, nuestras Administraciones -y muy especialmente sus élites- siguen manteniendo -cuando no mejorando- el statu quo que ellos mismos han implantado. No hablaré de las Administraciones duplicadas -que seguro las hay- porque, en mi opinión, hay muy poco rigor detrás de ese 'mantra'; pero sí creo que algo habría que hacer -y ya mismo- con la pléyade de asesores sin la más mínima cualificación, cuyo único mérito, en muchos casos, es la afinidad con los líderes del partido gobernante.

Así, la Adminsitración se ha convertido en una agencia de colocación que, por la puerta de atrás, sin ningún proceso de selección mínimamente estructurado, sigue engordando y -lo que es peor- arrinconando a los buenos profesionales y técnicos que asisten, indefensos e impasibles, a este despropósito.

En este escenario, el absentismo laboral se sitúa en el 6%, cifra tremendamente preocupante, que se explica desde el enrarecido clima laboral que se respira en nuestras Administraciones, derivado de la coexistencia -que no convivencia- de estructuras artificiales, de la inexistencia de una gestión profesional y de la absoluta falta de liderazgo.  

¿Están dispuestos nuestros políticos a hacer algo -de verdad- para revertir este estado de cosas; para, por ejemplo, acercarse al 0,79% de absentismo que tienen en Mercadona?

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