lunes, 15 de agosto de 2016

Jemina Jelagat Sumgong, como Indurain

Su ataque final, en la interminable recta que conducía a la meta del sambódromo de Río de Janeiro, recordó a los del campeón navarro, que tomaba la cabeza, poniendo un ritmo constante, imposible de seguir por sus rivales, y abriendo, metro a metro, centímetro a centímetro, una brecha de nueve segundos, poco más o poco menos de 50 metros.

La keniata Jemina Jelagat Sumgong, una veterana de 31 años, cuarta en el Mundial de la IAAF de Beijing 2015, asidua a los primeros puestos en las pruebas del World Marathon Majors, ganadora este año en Londres, con una MMP de 2:20.48, conseguida en 2013 en Chicago, se puso en cabeza. Al tiempo, sólo Eunice Jepkirui Kirwa aguantaba con ella. La atleta de Barheim, de origen keniata, también de 31 años y tercera en el Mundial de la IAAF de Beijing 2015, empezó a perder unos centímetros, luego unos metros, dio la sensación de hacer la goma, pero se rindió al final, conformándose con la medalla de plata. Tiene un mejor tiempo de 2:21:41, conseguido en Amsterdam 2012.

El grupo de cabeza, antes del ataque de Sumgong
Antes se había quedado la vigente campeona mundial, Mare Dibaba, que terminó en 2:24.30, tercera, a 26 segundos de la nueva campeona olímpica. Tiene 26 años y una mejor marca de 2:19:52, conseguida en 2012 en Dubai. Tres de las cuatro primeras de Beijing 2015 repetían un año después. La que fuera segunda entonces, Helah Jekagat Kiprop, no acabó la carrera.

Otra etíope, Tirfi Tsegaye (31 años) fue cuarta con 2:24:47. Tiene una mejor marca de 2:19:41 (Dubai 2016) y como las anteriores es una habitual en las World Marathon Majors. En 2014 ganó en Tokyo y Berlin.

Un segundo más tarde llegaba la bielorrusa Volha Mazuronak, una atleta de 27 años, cuarta este año en Londres, donde hizo su MMP: 2:23:54.

La americana Shalane Flanagan (2:25:26) fue sexta. Tiene 35 años, una mejor marca de 2:21:14 (Berlin 2014) y fue tercera en los 10.000 metros de los JJ OO de Beijing 2008.

Otras dos americanas se metieron entre las nueve primeras y la llegada fue un rosario de atletas que iban llegando, una a una, a la meta del sambódromo, celebrando terminar el maratón de unos JJ OO. 

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