jueves, 14 de septiembre de 2017

Donde nace el Duero

Lo hemos visto sin nieve
Ayer salió un día espléndido, de postal, sin una sola nube, fresco por la mañana y caldeado por la tarde, cuando daba gusto estar al sol, sin quemarse.

Tras los preceptivos 10 km de rodaje y el desayuno, compramos el pan, el periódico y algo de fruta y fuimos hasta Duruelo de la Sierra, que está unos 13 km de nuestra base y celebraba sus fiestas patronales. A las 10:30 nos pusimos en marcha con el objetivo de llegar hasta las fuentes del Duero, que nacen en la falda sur del piso de Urbión, a 2.160 metros de altura. Once km de ascensión partiendo de 1.199 metros de altitud, lo que da una pendiente media del 8,73% repartidos entre zonas de pista forestal, algo de carretera, y monte puro y duro, como los últimos 2,7 km y algún tramo anterior.

Paisaje arbolado hasta los últimos tramos, en los que apenas se adivina la corriente del río, que es poco más que un hilo de agua a finales de un verano especialmente seco. Casi novecientos kilómetros la separan de su desembocadura en Oporto, tras recorrer el noroeste de la península ibérica.

Cueva Serena
Tres horas de ascensión y rápida vuelta porque a esas alturas, pese al sol, el viento cortaba como un cuchillo. 

Almorzamos más abajo, al sol, en una zona arbolada y resguardada del viento. 

Alargamos el descenso visitando Castroviejo y la Cueva Serena, para volver por una pista hasta Duruelo de la Sierra, que nos recibió con cohetes. En total, 26 km de sol, sombra, viento y paz, como la que trasmite el Duero a su paso por Soria.

Un día casi perfecto.

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